La tercera ola española en Brasil

La tercera ola española en Brasil

A finales de los años 90, el Programa Nacional de Privatización brasileño comenzó a atraer a empresas españolas. Hasta entonces, Chile, Argentina y Venezuela eran la prioridad y recibían la mayor parte del dinero español traído a América Latina.

Con este programa, sin embargo, España se convirtió en el mayor inversor extranjero en Brasil, superando incluso a Estados Unidos. Solo en el año 2000, los negocios alcanzaron una cifra de 6.000 millones de dólares estadounidenses, impulsados principalmente por las inversiones de Telefónica y Santander en Brasil.

En aquel momento, ninguna de las empresas escatimó esfuerzos y ambas pagaron precios considerados elevados para iniciar aquí las operaciones, para mayor seguridad, con la compra de Telesp y Banespa respectivamente.

La segunda ola de inversiones tuvo lugar unos diez años más tarde. Telefónica, ya consolidada en el país, volvió a meterse la mano en el bolsillo y anunció una inversión de 7.000 millones de dólares, centrada principalmente en la expansión de la telefonía móvil.

Santander fue aún más audaz y compró el Banco Real por unos 17.000 millones de dólares, consolidándose como uno de los cinco bancos más grandes que operan en Brasil.

Estos movimientos hicieron que las empresas españolas fueran conocidas como «agresivas» por el mercado brasileño. En tan solo diez años, las inversiones españolas ya alcanzaban los 40.000 millones de dólares. Hoy en día, de acuerdo con la Embajada de España en Brasil, ya cuentan con un stock de activos de 80.000 millones de dólares estadounidenses.

Y luego siguieron llegando nuevas inversiones: líneas de transmisión de energía, concesión de carreteras, explotación de petróleo, turismo, tecnología e innovación, entre otras. España, finalmente, descubrió Brasil 500 años después del Tratado de Tordesillas.

Ahora, la visita a Brasil del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, podría significar el comienzo de una tercera ola de inversiones. El principal foco de interés es el nuevo frente de concesiones, principalmente en el área de infraestructura, anunciado el año pasado por el presidente Michel Temer.

Además de las carreteras, las empresas españolas están interesadas en otros proyectos a largo plazo, como aeropuertos, puertos y ferrocarriles. Son empresas de todos los sectores y tamaños. Inclusive, ya hay pequeñas y medianas empresas que han cruzado el Atlántico. Hoy en día ya son 971 empresas en Brasil, y la Cámara de Comercio Española en São Paulo es una de las más activas del país. Pero aún puede ser mejor.

España es un firme defensor de un acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur. Me gustaría verlo concretado lo antes posible, tal vez a finales de este año.

Para que el acuerdo se firme, España y Brasil deben asumir el liderazgo de las acciones y ser «agresivos» como las empresas. Después de todo, ambos serían los más beneficiados con el libre comercio entre los dos bloques. En 2016, el comercio bilateral entre ambos países ascendió a 516.000 millones de dólares estadounidenses.

José Antonio Llorente, Socio Fundador y Presidente de LLORENTE & CUENCA

Esta misma tribuna de opinión ha sido publicada por el diario brasileño Folha de S.Paulo que puedes ver en este link http://www1.folha.uol.com.br/opiniao/2017/04/1878261-a-terceira-onda-espanhola-no-brasil.shtml

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