“Para acometer las infraestructuras necesarias en Brasil es preciso contar con la inversión extranjera, y las empresas españolas están en buena posición para aprovechar las actuales oportunidades”

“Para acometer las infraestructuras necesarias en Brasil es preciso contar con la inversión extranjera, y las empresas españolas están en buena posición para aprovechar las actuales oportunidades”

Bajo el título “El nuevo marco de financiación de infraestructuras y energía en Brasil”, la Cámara de Comercio Brasil-España (CCBE) ha organizado, en colaboración con CESCE y Garrigues, un nuevo desayuno Conexión Brasil. En el debate, se ha puesto de manifiesto los diversos instrumentos de financiación, que las empresas españolas tienen a su disposición para invertir en el sector de infraestructuras y energía en Brasil, donde hay una fuerte presencia española, siendo el segundo mayor inversor del país, y donde las empresas españolas del sector han acometido grandes proyectos y actúan en el país como inversores de largo plazo.

El evento, que ha tenido lugar este martes en la sede de CESCE, ha sido inaugurado por José Gasset Loring, presidente de CCBE; y de Fernando Salazar Palma, presidente de CESCE. Además, el acto ha contado con las intervenciones de José Luis Curbelo, presidente de COFIDES; Juan Puyol, jefe de Unidad de Grandes Clientes, Dirección de Operaciones por Cuenta del Estado de CESCE; José Antonio García Belaunde, representante de CAF en Europa; Tomás Neiva, socio de NBF|A, despacho asociado a Garrigues; Antonio Bulnes, socio de Garrigues, Emilio Rotondo Inclán, director Financiero de AENA y Javier del Río, CEO de Consultores de Financiación Internacional (CFI) y coordinador del Comité de Financiación de la CCBE .

Todos los ponentes han coincidido en el momento positivo que, actualmente, está atravesando Brasil. Con la llegada del gobierno de Jair Bolsonaro, y a pesar de contar con un congreso muy polarizado, el país prevé “un crecimiento de entre el 2 y el 3%, con tipos de interés históricamente bajo y moneda estable. Con un interesante cambio de expectativas, con una nueva agenda económica que tiene previsto iniciar reformas, como la de la seguridad social, apertura al exterior, saneamiento de empresas públicas y privatizaciones, y una clara apuesta por el desarrollo de infraestructuras”, ha destacado José Gasset, presidente de CCBE.

Por su parte, Fernando Salazar, presidente de CESCE, ha indicado que “Brasil está entre los cinco primeros productores del mundo de materias primas del mundo, el 22% de la tierra cultivable del mundo está en su territorio y el país tiene un gran potencial, con la cuenta exterior saneada, con superávit comercial y muy atractivo para el inversor extranjero”.

En esta línea, “para acometer las infraestructuras necesarias en Brasil es preciso contar con la inversión extranjera. Por ello, el nuevo Gobierno ha reforzado el Programa de Parceria de Investimentos (PPI), con una serie de proyectos considerados prioritarios, en áreas como aeropuertos, puertos, carreteras, ferrocarriles, saneamiento, minería, energía (generación, distribución y transmisión) y desinversiones y privatizaciones de empresas públicas”, ha asegurado Gasset.

Asimismo, Tomás Neiva, socio de NBF|A, despacho asociado a Garrigues, también ha hecho hincapié en el PPI, ya que “concentra el núcleo de decisión del Gobierno para temas relacionados con proyectos de infraestructura, eliminando las barreras burocráticas, garantizando la estabilidad y seguridad jurídica, captando recursos, incrementando las oportunidades de inversión y creando empleos. En los últimos 3 años, Brasil ha conseguido concluir 147 proyectos con una importante participación extranjera del 70%”.

Financiación multilateral

En medio de esta situación, existen diferentes órganos multilaterales, que facilitan la financiación de proyectos empresariales en los mercados del exterior como, por ejemplo, en Brasil. Entre ellos, están COFIDES y CAF. En el caso de la primera entidad, que cuenta con más de 30 años de experiencia y que está comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es la primera institución acreditada en España en ofrecer a los empresarios e inversores los recursos del denominado Fondo Verde para el Clima (FVC), que en palabras de José Luis Curbelo, presidente de COFIDES, es “una iniciativa de Naciones Unidas creada en 2011 para financiar proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático en países en desarrollo y emergentes”.

Mientras, CAF, líder en la financiación de infraestructuras y energía en América Latina que fomenta el desarrollo sostenible, promueve en Brasil “el desarrollo de infraestructuras y su interconexión nacional y regional, potencia la eficiencia energética, impulsa el desarrollo del ecosistema innovador y de emprendimiento y de los agronegocios, acompaña soluciones de movilidad urbana y apoya proyectos para mejorar los niveles de educación”, ha afirmado José Antonio García Belaunde, representante de CAF en Europa.   

Además de estos organismos, en Brasil existen otras fuentes de financiación. “Mientras que el Banco (BNDES) deja de ser la principal fuente de financiación y pasa a ser el agente conductor del proceso de concesiones y privatizaciones, con funciones de planificación y estructuración de los proyectos, lo cierto es que hay un mayor espacio para los bancos privados y nuevos instrumentos como las debentures de infraestructuras, emitidas por las propias empresas titulares de los proyectos. Estas últimas han experimentado un gran crecimiento en 2018 al contar con rentabilidad competitiva y buena acogida entre inversores privados”, ha informado Antonio Bulnes, socio de Garrigues.

El caso AENA

El operador aeroportuario español AENA se convertía en uno de los protagonistas de Brasil al adjudicarse, en una subasta organizada por la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC), la gestión de seis aeropuertos en el noreste de Brasil durante un plazo de 30 años, incluyendo la posibilidad de una prórroga de otros cinco años más al finalizar el contrato.

Durante la jornada, Emilio Rotondo, director financiero de AENA, se ha mostrado satisfecho por la adjudicación, cuyo precio era de 1.900 millones de reales brasileños (alrededor de 437,5 millones de euros) y englobaba la concesión de los aeródromos de Recife (donde la conexión con Europa es muy atractiva), Maceió, Joao Pessoa-Bayeux, Aracajú, Juazeiro do Norte y Campina Grande. En cuanto a la financiación de AENA, se ha estructurado en dos vías y, entre ellas, “cabe destacar la financiación CAPEX, destinada a inversiones y gastos de capital, con la que se ha conseguido una mayor financiación gracias al Banco del Nordeste de Brasil (BNB)”, ha concluido Rotondo.

El pasado viernes AENA era homologada oficialmente por el estado brasileño y, en septiembre, se firmará el contrato de concesión de los seis aeropuertos, que comenzará a operar en enero de 2019.

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